Confusión

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Elavalo Perez, después de una maravillosa, fructífera y feliz vida, finalmente se reintegró conscientemente -una vez más-, al kosmos, lo que en yoga se llama Nirvikalpa Shamadi. De inmediato sus seguidores y discípulos empezaron a especular sobre la significación profunda del nombre con que fue conocido: Elavalo 

Algunos apelaron a dudosos diccionarios de lenguas míticas, siempre con significados sublimes. Otros lo relacionaron con Avalon, ese reino mitológico de los Celtas, indicando que era “el enviado de Avalon”. Algunos otros afirmaban que en realidad significaba “elévalo”, es decir, eleva tu espíritu. Hubo congresos, se escribieron libros, se produjeron pleitos, luchas fratricidas y escisiones, cada uno defendiendo con pasión y vehemencia su interpretación. Nadie recordaba y mucho menos ponía en la práctica, lo que había enseñado. 

Sucede que Luis Pérez -su nombre de nacimiento-, nació en una colonia popular de la ciudad de México. Un día, siendo un niño de 6 años, unos monjes tibetanos tocaron a la puerta de su casa y su madre asombrada de ver unos hombres en tunicas naranjas, rapados y con un acento exótico, le pedían ver a su pequeño hijo, pues todo indicaba que era la reencarnación de un Budha, un Tulku. Despues de varias visitas, habían reconocido a Luis, como una manifestación de Avalokiteshvara. Él lo contó divertido a algún compañero de primaria y ante la dificultad de pronunciar ese extraño nombre, desde entonces, le decían “el Avalo”.

Acerca de hmarcelli

Viajero, yoghi, tantrico, ambientalista, colaborador de la consciencia...
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